A menudo en mis lecturas sobre inversiones encuentro gente que discute y compara los fondos índice o indexados con los fondos de inversión de gestión activa.
La gente tiene todo tipo de argumentos, buenos y malos, sobre por qué los retornos de uno deberían ser mayores que los del otro. Sin embargo, si lo reducimos todo a los números finales, no creo que haya mucho que discutir.
Antes de empezar, que quede claro que yo soy un gran fan de los fondos índices o de gestión pasiva y que creo que es la única manera que hay para hacer una inversión rentable a largo plazo en bolsa.
Índice de contenidos
Fondos índice o fondos activos
Cuando echamos un vistazo a la bolsa comprobamos siempre que algunas acciones está caras y que otras están baratas. Nos parece que sería bueno comprar unas y no tan buena idea comprar esas otras.
Y la prensa económica nos bombardea con ideas de cuáles son las acciones que están maduras para comprarse ya y cuáles mejor evitar o vender si las tenemos.
Lo cierto es que cuando participamos en un fondo índice (lo que recomendamos en esta web), las compras todas: las «buenas» y las «malas».
¿Es entonces mejor optar por un fondo de inversión de gestión activa?
Pues no. Y te voy a contar por qué. Con datos.
El problema de los fondos de gestión activa
Los fondos de gestión activa son los que no siguen ciegamente a ningún índice, sino que se basan en las decisiones de unos gestores profesionales que deciden qué acciones incorporar a su cartera en cada momento y cuáles retirar.
Hacen sus investigaciones, sus análisis, sus cálculos y actúan en consecuencia. Y tú como participante del fondo te haces copartícipe de esas decisiones: te beneficiarás si salen bien y perderás si salen mal.
Los fondos de inversión de gestión activa han formado parte siempre del sector financiero de los países desarrollados y es una industria muy grande y poderosa. En 2016, el valor de los fondos de gestión activa en los EEUU era superior a 18 billones de dólares, y en Europa más de 13 billones de euros.
La gestión activa se basa en la premisa de que algunos valores no tienen un precio correcto y un buen gestor es capaz de identificar esos valores antes que otros inversores.
Con unas operaciones adecuadas apoyadas en especulaciones razonadas sobre el futuro crecimiento o decrecimiento de esos valores, se pueden esperar retornos superiores a la media.
Es decir, un retorno superior al que le correspondería al riesgo de la inversión.
La gestión activa juega, sin duda, un papel vital en la economía moderna, porque ayuda al crecimiento económico mediante una asignación racional del capital y ayuda a encontrar los precios objetivos del mercado.
Sin embargo, este tipo de gestión es relativamente cara y, tal y como demuestran múltiples estudios, no acarrea prácticamente ningún beneficio al propio inversor.
En años recientes, los fondos activos han visto una salida relativamente alta de capital según va habiendo más inversores que se decantan por fondos de gestión pasiva, que siguen un índice y que son productos de bajo coste.
John «Jack» Bogle, el fundador de Vanguard, introdujo el primer fondo índice en 1976. Pero fue el economista Paul Samuelson el que propuso la idea primero, dos años antes.
Mientras que en los primeros años de su existencia, la popularidad de los fondos índice fue poca, ahora están entre los más demandados.

Las inversiones activas ganan menos: las evidencias
En 1991, William Sharpe presentó la evidencia teórica de que el retorno neto medio de los fondos de gestión pasiva tendría que ser mayor que el retorno neto medio de los fondos de gestión activa.
Esta propuesta teórica se verificó empíricamente 9 años después. Arnott, Berkin y Ye mostraron que los fondos de gestión activa habían dado, de media, un retorno un 2% inferior que el del fondo índice Vanguard S&P 500.
Eugene Fama y Kenneth French, en su estudio «Suerte o habilidad» de 2010, vieron que sólo de un 2 a un 3% de los fondos de gestión activa son capaces de superar un índice de acciones de referencia.
La evidencia de un estudio de Barclays Global Investros muestra que la probabilidad de que haya un rendimiento superior a la media (el índice) de una forma continuada es extremadamente escasa.
En EEUU, que es de donde más datos hay, en el período de 15 años entre 2001 y 2016 sólo el 29% de los fondos activos consiguieron superar al índice S&P 500.
Después de todo esto, la conclusión para nosotros debería estar clara:
Los gestores profesionales de fondos no son realmente mejores seleccionando acciones que el inversor medio. Y a esto hay que añadir que el retorno de sus fondos se reduce por el coste de las comisiones.
Las comisiones que se cobran hoy en día por invertir en un fondo de gestión activa van normalmente desde el 1 hasta el 3% del dinero invertido.
Por otro lado, las comisiones que cobran los fondos de gestión pasiva (fondos indexados) pueden ser tan bajas como un 0,1% en España. Y menos en EEUU.
La diferencia entre unos y otros puede parecer despreciable, pero el impacto en un inversor a largo plazo es grande al final.
Un euro invertido en un fondo con una apreciación anual del 7% subirá hasta los 15 euros después de 40 años, mientras que si la apreciación anual se queda en un 5% (restamos el 2% anual que nos cuesta la gestión del fondo), sólo subirá hasta 7 euros en el mismo periodo.
Y si no lo crees y no soy convincente, te puedes inspirar en el consejo de otros inversores. Si son inversores de éxito, mejor.
El más conocido de todos, Warren Buffet, recomienda a los inversores que hagan aportaciones periódicas en fondos índice de bajo coste.
Se lo recomienda incluso a su mujer para gestionar sus activos cuando se quede viuda. ¡Y eso que él ha sido un gestor activo de enorme éxito!
Argumentos de los inversores activos
El punto de vista de los gestores de fondos es diferente, obviamente. Tres de sus argumentos principales de cara al inversor son los siguientes:
1. Un inversor en fondos índice está condenado a retornos medios
Y sin embargo, como hemos visto, la probabilidad de que un inversor normal como tú o como yo alcance retornos mejores que la media es absolutamente mínima.
¡No lo consiguen habitualmente tampoco los gestores profesionales!
Y esto, ¿por qué? Por varios motivos. Ahí van algunos:
- La incapacidad para predecir los precios futuros de los activos
- Los altos costes de las operaciones de compra-venta
- Los sesgos y prejuicios de todo tipo
- La falta de disciplina
- Los costes de oportunidad
Son algunos de los motivos por los que muy probablemente un inversor activo alcanzará retornos menores que la media a largo plazo.
2. Algunos fondos activos sí ganan a sus índices. Se trata de encontrarlos
Es cierto que siempre habrá algunos fondos activos que batan a su índice de referencia. Hay muchísimos fondos activos y esto ocurre todos los años.
Obviamente, el gestor activo que menciona este argumento está convencido de que él o ella es de los que será capaz de conseguirlo. Incluso alguno puede mostrarte sus resultados del año anterior o, aun más, de 2 ó 3 años anteriores en los que su gestora lo hizo.
Pero asumiendo que es así, ¿cómo sabemos si el gestor era bueno en su selección de inversiones o si simplemente tuvo suerte?
Porque las leyes de la probabilidad nos dicen que entre todos los fondos activos que hay en el mercado, contando sólo con la buena suerte, siempre habrá un número de ellos que superará al mercado.
Por lo tanto, aún suponiendo que existen inversores mejores que el resto y que de verdad son capaces de batir sistemáticamente a los índices… ¿cómo sabemos que seremos capaces de distinguir éstos de los que simplemente han tenido suerte?
Lo dicen Fama y French en el estudio que hemos mencionado antes:
«When we turn to individual funds, the challenge is to distinguish skill from luck. With 3,156 funds in our full sample, some do extraordinarily well and some do extraordinarily poorly just by chance»
(Cuando nos fijamos en los fondos individuales, el reto es distinguir habilidad de suerte. Con 3.156 fondos en nuestra muestra, algunos lo hacen extraordinariamente bien y otros extraordinariamente mal sólo por suerte)
Por eso los fondos índices son mejores para los inversores a largo plazo.
3. Para invertir en fondos de gestión activa, un inversor no necesita tener ningún conocimiento de inversión
Es cierto que hay cientos de opciones en el mercado de fondos de inversión de todo tipo. Y fácilmente, en el banco u online, un inversor puede participar en ellos.
Pero hoy en día hay también cientos de opciones de participar en fondos índice, con la misma o mayor facilidad que los otros.
Y el conocimiento requerido es todavía menor porque los índices suelen ser productos conocidos, más que las categorías en las que los gestores de fondos activos dividen sus ofertas.
La única dificultad estriba en que muchas veces los asesores financieros no los presentan a sus clientes, pues no suelen ser beneficiosos para ellos ni para las instituciones (bancos o gestoras) a los que representan.
Fondos índice: ¿cómo empezamos?
Al final, la decisión entre estos dos tipos de fondos recae en el inversor. Pero si finalmente decides invertir en un fondo índice, ¿qué debes hacer?
Lo mejor es hacer como dice Warren Buffet: inversiones periódicas en uno o varios fondos índice. Cada vez que tengas una cantidad que puedas invertir, acude a tu broker e inviértela.
Procura que sea una rutina, que vayas ahorrando periódicamente una cantidad similar y que las comprar sean, de esta forma, programadas.
Cuando necesites el dinero (en el largo plazo, idealmente, cuando te jubiles…): igualmente, lo mejor es retirarlo regularmente, en cantidades fijas.

La inversión periódica protege al inversor de invertir todo su dinero cuando los índices están altos y vender cuando están bajos.
Es lo que se llama la técnica del dollar cost averaging (algo así como «promediando los costes»).
John Bogle, recomienda invertir en índices de amplio espectro, como el S&P 500 o el MSCI World. Y por otro lado desaconseja hacerlo en ETFs con un ámbito muy estrecho (índice de empresas de energías renovables o de biotecnología…, por ejemplo).
En España hay una gran oferta de fondos índice y de ETFs basados en los índices más conocidos, por lo que es posible conformar una cartera de unos pocos índices que representen una variedad geográfica e industrial al gusto de cada uno.
Las categorías más normales en estos casos suelen ser:
- índices europeos (Eurostoxx 50 e IBEX 35 ya que estamos en España)
- americanos (S&P 500)
- del mundo desarrollado (MSCI Developed World)
- de las economías emergentes (MSCI o FTSE Emerging Markets)
- de pequeñas compañías (Russel 2000, pequeñas compañias americanas)
Una mezcla de estos índices da una exposición amplia a la economía mundial y esta diversificación reduce los riesgos y la volatilidad de la cartera.
Esto se puede hacer desde cualquier broker que opera en España, entre ellos los de algunos de los bancos más populares del país.
Factores que considerar al elegir un fondo índice
Costes
Lo primero que hay que hacer es fijarse en los costes del fondo o ETF. ¿Cuáles son los más significativos?
1. Comisión de gestión del fondo o ETF
La información que ofrecerá el broker de cada fondo incluirá el porcentaje aplicable de comisión de gestión: más de un 0,5% es seguramente demasiado y si no hay un buen motivo para ello, debería descartarse.
2. Comisión de custodia del banco o broker
También es importante la comisión de custodia que puede aplicar el broker en sí.
Los hay que no cobran nada y otros que llegan hasta el 1% anual del dinero invertido. Con el paso de los años puede significar mucho dinero.
3. Comisión de compra o venta de las acciones o ETFs
También las comisiones de compra-venta, que son las que el broker cobra en cada operación con una acción o ETF (no suele aplicar a los fondos de inversión). Conviene minimizar éstas operaciones.
Moneda
Otro factor que se debe considerar es el de la moneda en la que trabaja el fondo o el ETF.
Si la moneda no es el euro (o la moneda local del inversor) el fondo además de las fluctuaciones de su valor propias dentro del mercado, tendrá las asociadas al cambio entre ambas monedas en cada momento.
Al observar la evolución del fondo con respecto al índice hay que tener en cuenta cómo afecta este cambio a los resultados que nos esté dando.
Tamaño del fondo
Otro factor que no debe olvidarse es el del tamaño del fondo. Esta información es importante porque los fondos de más tamaño (más dinero gestionado) ofrecen más liquidez, con lo que las compras y las ventas se harán antes y/o a un precio más parecido al medio de mercado en cada momento.
Gestora que comercializa el fondo o ETF
Y por último, que la gestora sea una con reputación y tamaño (Blackrock, Lyxor, Vanguard) nos va a dar garantías adicionales de que no hay nada extraño detrás del fondo o ETF y que nuestro dinero va a su destino indicado y que el fondo índice va a hacer lo que se supone: replicar fielmente un índice conocido.
No pedimos ni más ni menos.
¡Suerte!