Fondo para emergencias. Cómo crear un buen fondo para emergencias

Tener un fondo para emergencias por si ocurre algún imprevisto que afecte a nuestra economía es una garantía que casi todo el mundo necesita. La cantidad recomendada puede variar, pero debería ser suficiente para cubrir algunos meses (de 3 a 12) de gastos familiares para cubrir el caso peor de que no hubiera ningún ingreso durante ese tiempo.

Las estadísticas del INE dicen que en 2017 más de la tercera parte de los hogares españoles aseguraban no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos. Esto es un problema importante, porque esos gastos nos sobrevienen a todos alguna vez.

¿Cuánto debes ahorrar?

Para saber qué cantidad puede ser adecuada como fondo de emergencias, uno debe pensar primero en que cosas se debería gastar el dinero. Como cada uno tiene una vida diferente, con diferentes ingresos y gastos, es mejor en términos de sueldos mensuales.

Si estás soltero sin hijos, coche, hipoteca u otros gastos, tus condiciones son diferentes a las de alguien con una casa, coche e hijos.

En el paro

Es difícil planear para algo imprevisto, pero no es imposible estar más o menos preparados. Para empezar, puedes plantearte cuánto dinero necesitarías si de repente te encontraras en el paro y no hubiera ningún ingreso en tu hogar.

¿Cuáles son los gastos reales que tendrías que afrontar antes de encontrar un nuevo trabajo? Incluso esto puede variar dependiend de la industria en la que trabajes o capacidades que tengas. La mayoría de la gente calcula que podrá volver a tener ingresos en 2 o 3 meses. En el cálculo, desde luego hay que considerar el cobro del seguro de desempleo (el paro) que posiblemente recibiremos pero que será muy inferior a nuestro sueldo actual.

Eventos inesperados

Aparte de los gastos fijos que tengas cada mes, deberías considerarqué otros gastos indeseados pueden ser necesarios. Puede ser cualquier cosa desde una visita al dentista hasta una avería del coche. Puedes pensar sobre las cosas de las que puedes prescindir o a quién puedes acudir en tu ayuda en tu vida cotidiana. Este tipo de gastos inesperados pueden realmente no ser tan impredecibles ya que todos sabemos que un coche se avería tarde o temprano al igual que un ordenador, una televisión o una lavadora no duran para siempre.

Para hacer un cálculo razonable, necesitas ser honesto contigo mismo y pensar si de verdad puedes, por ejemplo, vivir sin un televisor hasta que hayas ahorrado dinero para comprar uno nuevo o si quieres uno nuevo inmediatamente cuando el antiguo se haya estropeado.

Todas las cosas o servicios que consideres que son necesarios deberían ser incluidos en el cálculo del fondo de emergencias, preferiblemente junto con los gastos fijos que tendrás en un período en el que no haya ingresos.

¿Cuántos ahorros necesitas?

Una vez que tengas una visión global de cuánto dinero puedes necesitar en un fondo de emergencias, es el momento de empezar a ahorrar. Es cierto que no necesitas tener un número exacto pero te facilita las cosas tener un objetivo claro en mente.

Puede ocurrir que necesites una cantidad para eventos imprevistos a corto plazo y otra para problemas a más largo plazo como puede ser quedarte en el paro. Si inicialmente no tienes dinero ahorrado, o tienes muy poco, debes intentar ahorrar más para poder afrontar cualquier dificultad económica.

Considera qué gastos puedes evitar y pasa ese dinero al fondo de emergencias en su lugar. El lugar más fácil e inmediato en el que habitualmente se puede recortar es en los gastos de entretenimiento y compras.

Si tienes unos ingresos fijos mensuales, deberías establecer una cantidad fija que ahorrar cada mes. Si los ingresos varían, lo mejor puede ser decidir un porcentaje del sueldo mensual que irá al fondo de emergencias. De esta forma evitas que ahorrar sea una carga y que sea difícil hacerlo regularmente. Cuantas más cosas predeterminadas hagas, mejor. Reconsiderarlas cada vez es un problema. Establece un sistema y síguelo a rajatabla.

Si encuentras que para ti es difícil ahorrar dinero, puede ser bueno elegir poner los ahorros en un banco diferente al que tienes para la nómina. De esta manera puede ser más fácil evitar no caer en la tentación de coger dinero de los ahorros.

¿Qué forma de ahorro deberías elegir?

Como el dinero se usará en casos de imprevistos, debes ser capaz de acceder a él rápidamente. Por lo tanto, puede que no sea adecuado ponerlo en algún producto financiero que lo inmobilice durante un tiempo largo. Hoy en día, afortunadamente, hay varias opciones de cuentas de renta fija en los que las compras y las ventas pueden hacerse en unos pocos días, lo que puede ser una buena opción para los ahorros del fondo de emergencias.

Mi recomendación es que repartas el dinero por la mitad y que dejes una parte en una cuenta de ahorros normal y la mitad en depósitos que permitan retirar el dinero en cualquier momento aunque sea incurriendo en alguna pequeña penalización, como la de recibir menos intereses, o ninguno. Es un pequeño riesgo que posiblemente se materializará muy pocas veces. Incluso, si el fondo es grande, puedes plantearte poner una parte en fondos índice. A la larga darán más rendimiento que cualquiera de las otras opciones, y si alguna vez es necesario coger algo de dinero de ahí, no tiene por qué ser en un mal momento. Igual que antes, a cambio de un pequeño riesgo de tener que vender en un mal momento, tu dinero estará accesible siempre y generando ingresos hasta que lo necesites. Si es sólo una parte del fondo de emergencias, puedes considerar que está invertido a largo plazo.

Ventajas de tener ahorros en un fondo para emergencias

Como cualquier otro ahorro, una reserva financiera genera una sensación de seguridad en la vida. Si nunca antes has ahorrado dinero, notarás la diferencia. Una vez que llegas a tu objetivo de ahorro en el fondo para emergencias, celébralo, date un regalo. E inmediatamente después considera que por supuesto puedes (¡debes!) seguir ahorrando dinero, pero ya sólo para el largo plazo.

Esto significa que puedes asumir más riesgos y, por lo tanto, posiblemente, obtener mayores beneficios. Tener una buena reserva financiera también significa que puedes utilizar ofertas puntuales de los bancos o cualquier otra institución financiera.

De esta manera, puede pagar menos por productos o servicios que podrías necesitar en el futuro comprándolos en un momento en que sean más baratos. Los ahorros, funcionando así, pueden a la larga reducir tus propios gastos, al tiempo que estás cubierto contra gastos inesperados de forma que nunca afecten a tu vida cotidiana.