¿Cuándo llegarás a la independencia financiera? La regla del 4%

La independencia financiera es una idea que está de moda últimamente. Hay una comunidad cada vez mayor de personas que la buscan, la discuten y la tratan como un problema matemático, económico y filosófico al mismo tiempo.

Aquí en el Paretiano somos grandes aficionados a ella, porque creemos que da respuesta a muchos de los problemas que tenemos en el mundo moderno y que en mayor o menor medida nos afligen a casi todos: ansiedad, estrés, consumismo, depresión, confusión de objetivos, preocupación por nuestro futuro, sobredependencia de terceros (el trabajo, las empresas, el Estado)…

Por eso quiero hablar aquí de ella, definirla y ver cómo podemos ser partícipes de este movimiento.

No es tan utópico como puede parecer a simple vista.

independencia financiera retiro temprano

¿Qué es la independencia financiera?

La independencia financiera o económica tiene diferentes definiciones que miden tu grado de libertad: unas miden tiempo, otras miden dinero y otras miden la relación entre ambas.

A mí me gusta la que dice que eres económicamente independiente cuando no tienes que preocuparte por buscar más dinero, es decir:

Eres económicamente independiente cuando tus inversiones te proporcionan el dinero necesario para cubrir tus necesidades diarias.

En esa situación, no dependes de tu trabajo, ni de ninguna empresa, ni de la caridad, ni de la pensión que puede (o no) darte el Estado. Dependes de ti y de la máquina de hacer dinero que has ido construyendo año tras año.

Suena bien y, a la vez, parece imposible para todos los que no nacimos ricos.

Porque la pregunta inmediata es: ¿de cuánto dinero estamos hablando? ¿cómo de grandes deben ser esas inversiones para cubrir mis necesidades de por vida?

Y es que en cualquier conversación sobre independencia financiera una de las preguntas más importantes que debe responderse claramente al principio es «¿cuál es tu número?».

Este número misterioso se refiere a la cantidad de dinero invertido que necesitas para tu libertad o independencia financiera. Es decir, la cantidad de dinero que tienes trabajando para ti y que cuando llegue a cierto punto te permitiría abandonar el trabajo asalariado de por vida si esa es tu elección.

¿Cuánto será?

Intuitivamente sospechamos que mucho dinero. Inalcanzable para un trabajador normal, clase media en un país como España o similar.

En los siguientes capítulos tratamos de hacer un cálculo de esta cifra y una pequeña discusión sobre las posibilidades reales que tenemos de alcanzarla en algún punto de nuestra vida laboral.

Veremos que casi todo el mundo tiene la posibilidad de llegar a ese estado de independencia financiera si de verdad quiere y lo trabaja.

Datos numéricos sobre la independencia financiera

Para empezar hay que decir que este «número» o valor de la cartera será muy diferente para cada persona, según el nivel de vida que lleven y sus expectativas al respecto para el futuro.

También dependerá de su tolerancia al riesgo y de la edad a la que aspiren a llegar a la independencia financiera.

Y de si la independencia financiera afecta sólo a esa persona, o a esa persona y su pareja, o a esa persona, su pareja y sus hijos.

Una vez aclarado esto, hay diferentes formas de calcular el valor de la cartera que debes alcanzar durante tu vida de ahorro e inversión, pero en el mundo occidental la referencia más destacada es la de un estudio y sus revisiones posteriores que realizó en 1998 la Universidad Trinity de EEUU.

Este estudio se ha convertido en el estándar para el mundo de los aficionados y estudiosos de este tema y es un punto imprescindible de debate en cualquier conversación al respecto.

No le faltan detractores, pero innegablemente es la referencia que todos conocen y un buen punto de partida para que cada uno tome después sus propias decisiones.

El estudio Trinity

En el estudio Trinity, como se le conoce, los investigadores construyeron varias carteras virtuales de renta variable (equivalente a acciones o fondos índice) y de renta fija (equivalente a bonos del estado) en diferentes proporciones y estudiaron cómo se habrían comportado estas carteras durante diferentes períodos de 30 años en el pasado.

Para eso usaron datos reales del mercado americano y utilizaron todos los períodos conocidos disponibles.

Es decir, sometieron a una cartera con un reparto de 40% – 60% entre acciones y bonos a los vaivenes del mercado durante los 30 años que empezaban en 1920 y vieron cómo se habría comportado, asumiendo que no se añadía dinero extra a esa cartera en ningún momento… porque, no lo olvides, ¡se supone que eres independiente financieramente y que no necesitas ganar dinero adicional durante ese tiempo!.

Hicieron lo mismo con distintas carteras, con diferentes proporciones entre acciones y bonos, y lo aplicaron a todos los períodos de 30 años disponibles. Es decir, además de 1920, supusieron que empezaban en 1921, en 1922 y así sucesivamente hasta las fechas más recientes disponibles.

El objetivo era ver con qué cantidad podría haberse retirado una persona en cada caso para vivir de los retornos de esa inversión sin  quedarse sin dinero.

La conclusión fue que si la cartera contenía una mayor proporción de renta variable que de renta fija y se hubiera ido retirando de ella un 4% anual (ajustado a la inflación) para vivir, las probabilidades de no quedarte sin dinero eran superiores al 95%.

Las suposiciones de partida, como podemos ver, consisten en que la persona en cuestión

  1. vivía retirada 30 años,
  2. no ingresaba ningún dinero durante ese período, y
  3. vivía cada año con el 4% del valor inicial de su cartera (ajustándolo según la inflación cada año).

Este estudio, popularizó de esta manera la regla del 4%.

Nadie debería pensar que es una regla definitiva, inmutable, segura, garantizada, etc…

La propia naturaleza, retrospectiva, del estudio nos hace ser prudentes a la hora de extrapolarla al futuro.

Pero, a falta de mejores referencias, se ha establecido como un punto de inicio aceptado para cualquier análisis o evaluación personal de las posibilidades y necesidades de un individuo que aspire a llegar al estado de independencia financiera que estamos discutiendo aquí.

El estudio, como no podía ser de otra manera, ha sido discutido hasta la extenuación, criticado desde muchos bandos, revisado múltiples veces, etc.

Una prevención lógica de partida es recordar la famosa frase: «rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros».

Y, sin embargo, el estudio es tan amplio y cubre períodos tan variados en rendimientos y comportamientos del mercado que es inevitable que utilicemos sus conclusiones y las de estudios similares para hacer cálculos y planificaciones por nuestra parte.

Pero para mí, en euros, ¿cuánto es?

Asumiremos que las conclusiones del estudio Trinity son válidas y que las podemos utilizar como referencia, teniendo en cuenta que es un estudio retrospectivo, basado en el comportamiento del mercado americano durante muchos años, y que nada nos garantiza que el futuro vaya a ser como el pasado.

Puede ser peor o, también, mejor. 

Con esto en mente, para empezar, vamos a hacer algunos números por nuestra cuenta, para terminar haciéndonos una idea de qué cifra es la que necesitas para considerarte financieramente independiente.

Calcula tus gastos

Primero, tienes que calcular tus propios gastos. No los que tienes ahora, sino con los que crees que te sentirías cómodo y a gusto si decidieras dejar el mundo asalariado y tuvieras que asumir ingresos cero durante el resto de tu vida.

calcula gastos independencia financiera

Ten en cuenta a qué edad podría ser eso, tus cargas personales y familiares, tus necesidades de salud y entretenimiento a esa edad, dónde te retirarías y si ese sitio es más caro o más barato que en el que estás ahora, etc… y pon un número mensual.

Obviamente tus gastos actuales son un muy buen punto de partida.

Si ahora vives bien y quieres estar más o menos igual, finalmente será algo parecido. De hecho, si puedes construir una vida que te guste con menos dinero del que gastas ahora, puedes aspirar a tener una vida de independencia financiera más barata y por lo tanto con menos exigencias para tu cartera, que como veremos podrá ser más pequeña en ese caso.

Por razones objetivas y subjetivas, es difícil predecir nuestros gastos de aquí a dentro de unos años o décadas.

Por un lado, lo habitual es que el gasto cuando nos hacemos mayores vaya disminuyendo, porque deja de ser necesario sustentar a unos hijo, la casa se ha pagado, las ganas de salir por la noche se han sustituido por planes más tranquilos como leer un libro (yo voy llegando a eso), se viaja menos, etc. Por otro lado, los gastos pueden subir también, si tenemos algún problema médico sobre todo.

Para ello conviene no ser ni demasiado optimista ni demasiado pesimista con lo que va a ser el futuro. Ni pensar que vamos a necesitar 3 personas cuidando de nosotros diariamente a razón de 2.000€ el mes ni que vamos a heredar una fortuna de un tío soltero que vive en EEUU, porque generalmente no lo tenemos y porque aún así podríamos no heredar o podría no ser tan rico. Ciñámonos a lo que es normal y a lo que conocemos.

Por lo tanto, los gastos que estimemos ahora no están escritos con sangre para siempre jamás, pero nos valen para ir fijándonos unas referencias con las que avanzar.

Aplica la regla del 4%

Imaginemos que concluyes que con 1.500€ al mes tú y tu familia podríais vivir bien. Esto son 18.000€ de gastos anuales.

Si puedes retirar un 4% de tu cartera que históricamente, según el estudio Trinity, ha supuesto tener un riesgo muy pequeño de quedarte sin dinero en los próximos 30 años, tienes que dividir esa cantidad por 0,04, o lo que es lo mismo y más fácil, multiplicarla por 25.

independencia financiera la regla del 4%

En este caso nos salen 450.000€.

Hay que tener en cuenta que del dinero retirado deben salir también los impuestos que sin duda Hacienda seguirá cobrando a las plusvalías que genere nuestra cartera. En España, si todo sigue como hasta ahora y sigue habiendo un mínimo exento (5.500€ de las ganancias por persona a día de hoy), esos impuestos probablemente serán bajos para las cantidades de las que hablamos. Pero tenlo en cuenta y a lo mejor la cifra debemos subirla un poco más.

Así que para seguir con nuestro ejercicio de cálculos aproximados, y para hacernos una idea, redondeemos a 500.000€.

Ese es el dinero que necesitamos tener invertido en nuestra cartera antes de poder decir que somos independientes financieramente porque somos capaces de vivir, en este caso, con 1.500€ mensuales durante 30 años.

Si decides dejar de tener ingresos a una edad mediana (¿los 45?) lo de los 30 años seguramente no te da ninguna tranquilidad. Es estupendo no quedarte sin dinero antes de los 75, pero seguro que esperas vivir más. Todos lo esperamos, de hecho.

¿Qué pasa entonces? La verdad es que otros estudios parecidos que alargan el período hasta incluso los 60 años llegan a conclusiones parecidas. Hay mucha literatura al respecto que seguro que podrás repasar para afinar más estos cálculos, pero por ahora, como tenemos tiempo hasta que reúnas esa cantidad, vamos a tomarla como buena y válida para todos los propósitos.

Ahora depende de si los números que nos han salido (¡500.000€!) parecen pequeños o grandes. Para casi todos, a primera vista, el número no es grande, sino enorme. Inalcanzable. Tanto que casi vas a dejar de leer este artículo. Pero te digo, ¡no lo hagas! Puedes llevarte una sorpresa.

¿Cómo consigo llegar a la independencia financiera?

Te voy a dar algunos argumentos que te pueden hacer verlo diferente. Sobre todo si eres joven y tienes años por delante. Y es que… 

El tiempo trabaja a tu favor

Pues este título que acabas de leer ya te ha dicho el argumento principal que te está esperando aquí.

Vamos a verlo con un poco más de detalle.

Y para ello quiero citar una frase que generalmente se atribuye a Einstein:

la mayor fuerza del Universo no es otra que el interés compuesto.

Esta fuerza es la que ayudará a que tu cartera crezca más de lo que tú por tu cuenta podrías llegar a acumular. Para ponerla en funcionamiento, debes aplicar uno de los fundamentos más básicos de la inversión: invierte pronto e invierte a menudo.

1.000€ invertidos hoy con un 7% de beneficio se convertirán en 30 años en 7.612€. Y un 7%, ajustado a la inflación, es un porcentaje anual medio que una cartera normal de fondos índice de renta variable ha dado históricamente con bastante frecuencia en el último siglo.

Si puedes añadir otros 1.000€ cada año (menos de 100€ al mes), después de 30 años de ahorro e inversión tu cartera habrá crecido a más de 100.000€.

La inversión a largo plazo convierte tus ahorros en una poderosa máquina de hacer dinero.

Tres casos hipotéticos para llegar a la independencia financiera

Vamos a hacer números con tres situaciones que son hipotéticas, pero que creo que pueden reflejar la tuya o servirte de punto de referencia para hacerte una idea de cuáles pueden ser tus expectativas realistas de llegar algún día a alcanzar la independencia financiera.

Caso 1: 27 años

Imaginemos que eres una persona que vive con su pareja. Ingresáis entre los dos 2.000€ netos al mes.

Gastáis 1.500€ de media y ahorráis, por lo tanto, 500€ cada mes.

Los 500€ mensuales de ahorro los invertís en una cartera que dé un rendimiento medio del 7% anual (como hemos dicho, nada extraño con una cartera diversificada de fondos indexados).

En estas condiciones, tras 27 años tendríais 500.000€, que serían suficientes para generar 1.500€ mensuales para el resto de vuestra vida.

Y si habéis llegado hasta ahí viviendo con ese dinero al mes, nada impide que viváis el resto de vuestra vida igual.

Caso 2: 22 años

Si ingresáis 3.000€ y podéis vivir con 2.000€, invirtiendo 1.000€ mensuales, tardaríais 22 años en tener 650.000€, que permiten vivir con 2.000€ el resto de vuestra vida.

Caso 3: 15 años

Y si ingresáis 3.000€ y podéis vivir con 1.500€, invirtiendo los otros 1.500€ mensuales, tardaríais sólo 15 años en tener los 500.000€ que se necesitan para generar esos 1.500€ mensuales que necesitáis para vivir.

La independencia financiera es posible para casi todo el mundo

Estos son sólo ejemplos ilustrativos de qué magnitudes hablamos y de la fuerza del interés compuesto.

Si juegas con los números, con el ahorro que podrías hacer mensualmente y con la cifra final que necesitarías tener, podrás calcular cuándo podrías ser libre financieramente.

La clave está en la proporción de dinero ahorrado con respecto al dinero gastado.

Cuando las dos cantidades son iguales, estás ahorrando el 50% de tus ingresos familiares. Según hemos visto en el Caso 3, esto nos lleva a necesitar sólo 15 años para alcanzar la independencia financiera.

Si ahorras el 25%, como en el Caso 1, tardarás 27 años.

Será más tiempo si ahorras un menor porcentaje y menos tiempo, obviamente si ahorras más del 50%.

Posiblemente ya estás viendo que NO es una locura tan grande como parecía al principio. Porque según hemos visto, no hace falta ganar muchísimo dinero para conseguirlo en algún momento.

Y si aún así no llegas, ¿no es un buen objetivo llegar a tener dentro de 30 años (por ejemplo) 100.000€ (de nuevo, por ejemplo) para lo que pudiera surgir?

En cualquier caso, cuanto antes y cuanto más fuerte empieces, mejor.

Como ves, hablamos aquí de períodos del orden de los 25 años. Parece un período de tiempo muy largo. Sin embargo, para ponerlo en contexto, la carrera profesional media que todos esperamos tener que cumplir es de unos 40 años. Y posiblemente esta cifra se incremente en el futuro, según se va retrasando la edad oficial de jubilación.

A lo mejor puedes plantearte recortar algo estas fechas o independizarte también un poco más de lo que futuros acontecimientos o futuros gobiernos puedan decidir. No dejes tu futuro completamente en manos de otros.

Sea cual sea tu objetivo ponte manos a la obra. La mejor forma de avanzar en tu independencia financiera (total o parcial) es empezar ya y aportar periódicamente a tus inversiones.

Muchas personas que se lo toman muy en serio han conseguido ahorrar desde edades muy tempranas hasta el 50% de su salario y esperan de esta forma alcanzar la independencia financiera en 10 ó 15 años.

Ten en cuenta que para ahorrar un 50% tienes que acostumbrarte a vivir con mucho menos de lo que tu capacidad económica te permite. Pero es posible que buscando cosas que sustituyen aquéllo que te da el dinero se consiga una vida igual de satisfactoria y feliz. O a lo mejor incluso más.

No se trata de privarse de nada, sino de buscar alternativas a lo que nos hemos acostumbrado a solucionar con dinero. Y hablo sobre todo de gastos en comodidad, aficiones o entretenimiento.

Ya sabéis eso de que las mejores cosas de la vida son gratis.

Y, oh sorpresa, al mismo tiempo que vives con menos gastos y más feliz, consigues reducir la famosa cifra de la independencia financiera (nuestros 500.000€) porque no necesitas tanto para vivir, con lo que ahorrando mucho y necesitando poco dirás adiós a tu vida de sirvientes del sistema en muy pocos años, a partir de los cuáles podrás vivir según desees: continuando igual, dedicándote a tus aficiones, colaborando con una ONG o trabajando en tus propios proyectos.

invertir jubilación temprana

Planifica tu cartera

Con todo esto en mente, y si estás decidido a intentarlo, dedica un tiempo a estudiar cuál podría ser una buena cartera para ti.

Algunos componentes básicos podrían ser fondos (o ETFs) índice de renta variable, fondos índice de renta fija, alguna propiedad inmobiliaria, incluso, últimamente, también una cartera diversificada de préstamos P2P o crowdlending. Recuerda que el objetivo es llegar, de media, a un 7% anual de rendimiento.

Sea cual sea el reparto, lo importante es que esté diversificado, que empieces cuanto antes y que seas constante.

Tiempo y diversificación son los 2 factores que te darán mejores resultados a la larga, incluso más que el detalle concreto del reparto de activos o el porcentaje exacto que cada uno de ellos puede aportar a tu cartera.

Por último, no olvides que una cartera de inversiones, sea la que sea, está sujeta a unos riesgos y a una volatilidad que observarás y que pondrán a prueba tu paciencia y tu respuesta emocional.

Con calma y tiempo estudia qué han hecho inversiones como la tuya en el pasado y verás el entorno cambiante en el que se han movido y cómo han respondido.

Casi seguramente comprobarás que el corto plazo es siempre muy incierto, pero que el largo plazo casi siempre, en todas las épocas y geografías, ha traído beneficios enormes.

Esto te preparará mejor ante momentos duros en los que tu cartera no se comportará como desearías.

Algunos puntos que debes recordar

Como regla general deberías tener en cuenta los siguientes puntos, y convivir con ellos durante los muchos años que estarás invertido en el mercado:

  • Cuando más retorno posible tenga una inversión, más riesgo intrínseco tendrá.
  • Invertir significa que siempre existe una posiblidad de tener pérdidas pequeñas, grandes o incluso absolutas.
  • Cuanto más tamaño alcancen tus inversiones, más importante es diversificarlas.
  • Cuando hay una crisis, cada tipo de activo caerá y se recuperará a diferentes velocidades.
  • De media, puedes esperar una crisis en los mercados una vez por década.
  • Cuando te planifiques, es mejor ser ligeramente pesimista sobre el mercado que demasiado optimista.
  • Tus cálculos sobre la duración de tu independencia financiera deben llegar a estimar que podrías vivir hasta más allá de los 100 años. Tu dinero debería durar eso o más.
  • Una cartera diversificada según unos criterios, tendrá que reequilibrarse de vez en cuando según hayan crecido o disminuido sus diferentes constituyentes.
  • Cuanto mayor sea tu cartera, más tiempo deberás dedicar a gestionarla.

Y, sobre todo…

  • Si no empiezas, no hay ninguna posibilidad de que tu cartera alcance nunca un valor importante.

Yo, desde luego, estoy en ello. 

Y tú, ¿no te animas?