Ahorrar dinero: cómo empezar a ahorrar ahora mismo

Finalmente te has decidido a empezar a ahorrar dinero. Y esta vez vas en serio. Genial.

La decisión es lo primero y lo más importante. Seguro que estás convencido ya de lo importante que es tener unos ahorros y de convertir en un hábito la práctica de apartar algo de dinero cada mes.

Cuando alcanzamos este punto, como hice yo mismo hace unos años, es fácil pensar que nos ponemos con ello y ya está.

Más o menos es eso, pero acéptame un consejo: es mejor si te paras a pensar en ello un momento, preparamos juntos una pequeña estrategia, nos hacemos alguna anotación mental de qué problemas pueden surgir en el camino y arrancas después.

Por ejemplo, cuando empezamos con mucho ímpetu, el mayor error que cometemos es el de querer ahorrar un dinero que en principio no nos sobra, con la consecuencia de que terminamos echando mano de ese dinero para sortear las necesidades de cada día. Y nos desmotivamos y pensamos que todo es inútil. 

Por eso conviene tener claras una pequeñas ideas y actuar desde ahí de modo casi automático.

Aquí te presento los mejores consejos sobre cómo empezar a ahorrar dinero correctamente, de forma que pronto tendrás dinero ahorrado suficiente para sentirte seguro en tus decisiones financieras.

Empezando. ¿Adónde va tu dinero?

Es final de mes, tu cuenta corriente está vacía y para llegar a fin de mes vas a tener que alimentarte de arroz y pasta. ¡Ufff!.

Desafortunadamente, es una situación muy habitual para muchos en España. Una gran parte de la población no tiene ahorrados más de 2.000€ y un porcentaje importante no tiene nada en absoluto.

Mi recomendación (y la de mucha gente sensata) es que primero te asegures, de cualquier manera que puedas, de tener un dinero apartado para cualquier imprevisto que pueda surgir: una lavadora rota, una avería en el coche, una multa o una visita al dentista. Tener un fondo para emergencias es vital para tu economía doméstica, y debes alcanzarlo incluso si supone un sacrificio inicial.

Sé que es fácil recomendar que cada mes apartes un 10% de tu sueldo para ello, sin más. Pero para hacerlo realmente lo primero que hay que hacer es averiguar dónde se va tu dinero. Aunque te creas que es obvio y que lo tienes claro y que se va a cosas importantes y necesarias… créeme: échale un vistazo concienzudo.

Dedica un rato a revisar tus finanzas y comprobar tus gastos mensuales. ¿Sale más dinero del que entra?

Tener una visión general de tus ingresos y gastos es siempre el primer paso. Dedica unos meses a hacer un presupuesto y anotar todos los gastos, de forma que puedas ver rápidamente qué puedes cambiar y qué se puede recortar.

Te sorprenderás cuando lo hagas, como me pasó a mí. Verás que hay cosas que son innecesarias o que son desproporcionadas para tus posibilidades. O incluso se pueden considerar desproporcionadas aunque te lo puedas permitir. Gastar por gastar es tontería.

Identifica tus gastos fijos

Lo primero que debes identificar son los gastos fijos que tienes. Son esos que llegan todos los meses independientemente de lo que pase o decidas.

Con los gastos fijos, nos referimos a cosas como el alquiler o la hipoteca, los gastos de comunidad, luz, gas, internet fijo y móvil, transporte a y desde el trabajo, deudas, televisión de pago, deudas pendientes, etc.

Algunos de estos, obviamente, pueden cambiarse de alguna manera: mudarte a un sitio más barato, por ejemplo. Pero como punto de partida es suficiente con tener una visión global de cuáles son ya que no se pueden cambiar tan fácilmente como, por ejemplo, los gastos en entretenimiento o en aficiones.

Una vez que lo hayas hecho tendrás una idea de qué dinero vas a perder cada mes.

Ahora puedes empezar a revisar el resto de gastos. Mira los gastos de los últimos dos o tres meses o, si no los tienes, empieza a apuntarlos y catalogarlos.

Cuando tengas datos suficientes puedes ver a lo mejor que gastas mucho comiendo fuera, o en copas, o en ropa, o en videojuegos, o en regalos… cada uno lo suyo. Pero es probable (en mi experiencia, casi seguro) que haya algún gasto que no te imagines que es tan elevado como realmente es y que te puedas plantear reducirlo.

Personalmente, por ejemplo, me di cuenta de que estaba gastando mucho en viajes y en comidas fuera de casa. Ahora organizo mejor los viajes para que sean más económicos y cocino más para comer en casa, mejor y más barato.

Lo que es importante en este punto es apuntar TODOS los gastos en un sitio para que después podamos comprobar qué podemos reducir.

Establece un sistema para tus ahorros

A partir de un conocimiento del nivel de nuestros gastos reales, es más fácil tomar decisiones.

Comienza estableciendo un sistema de ahorro, que sea realista y que se pueda medir.

Por ejemplo, una vez que llegue el sueldo, descontamos los gastos fijos que entrarán durante el mes, y del resto traspasamos el 10% (o el 20% o el 30%…) a una cuenta diferente que será nuestra hucha de ahorros.

Esto requerirá disciplina y un poco de sacrificio a la hora de gastar (¡pero es nuestro sistema!). Por eso es también importante ser honesto contigo mismo y no apuntar demasiado alto al principio.

Quitando grasa… ¿qué gastos puedes reducir?

Una vez que tienes tu presupuesto delante de ti, es el momento de comprobar cómo reducir tus gastos para ahorrar más dinero. Sé honesto contigo mismo cuando mires tus gastos:

  • ¿de verdad necesitas una suscripción a todos los canales de tu televisión de pago? ¿si solo ves las series para qué quieres el fútbol? 
  • ¿y la del gimnasio? ¿no puedes ejercitarte de otra manera más barata?
  • ¿comes fuera muchas veces? ¿o te bajas al bar dos veces al día a tomar un café por la mañana y una caña por la tarde? ¿o te da pereza cocinar y pides comida por Internet cada dos por tres?
  • ¿pagas por algún otro servicio que no necesitas? ¿te limpian la casa? ¿tienes Amazon Prime y no lo usas lo suficiente? ¿Tienes Netflix pero te vale con las series de Movistar?
  • ¿podrías comprar más barato en tu supermercado o ir un poquito más lejos a otro más barato?
  • ¿tienes ropa cara que no te pones demasiado o que incluso, realmente, no te gusta?

Muchas de las cosas son fáciles de identificar y reducir, mientras que otras, como pagar demasiado por alguna suscripción, pueden ser más difícil.

Líbrate de cualquier suscripción que no uses, revísalas y mira a ver si puedes conseguir mejores precios. Te sorprenderás de los ahorros que consigues haciendo cambios, aunque parezcan pequeños.

Cosas como la electricidad, la calefacción, la tele, Internet y el teléfono pueden reducirse mucho generalmente si buscas un poco.

Paga tus deudas

¿Tienes alguna deuda? Esfuérzate y págalas lo antes posible. Especialmente las de intereses altos, como las de las tarjetas de crédito o los préstamos rápidos. Son muy peligrosos. Todos los intereses que pagas hoy es dinero que podrías dedicar ahorrar directamente.

Y esto a su vez evitará en un futuro que vuelvas a incurrir en nuevas deudas a alto interés. Se trata de ser consistente y poner el sistema en marcha. Es un círculo virtuoso.

Revisa qué préstamos tienes y mira a ver si puedes juntar varios pequeños en un préstamos mayor, de forma que puedas bajar significativamente la tasa de interés.

Renegocia tu hipoteca

Si tienes una hipoteca, ¿cuándo fue la última vez que la renegociaste?

Si los intereses que ofrecen otros bancos son menores ahora a los que tienes tú, puedes hablar con tu banco y ver qué se puede hacer al respecto.

O a lo mejor puedes cambiar tu hipoteca a otro sitio. Si les dices a tu banco que estás pensando en hacer eso, es más fácil que puedan ofrecerte alguna alternativa.

Una reducción de uno pocos puntos porcentuales pueden significar varios miles de euros de ahorro a la larga.

Contacta con tu banco y concierta una reunión, a ver que podéis hacer. Los bancos a veces tienen contraofertas, como que les contrates un seguro o quizás que tus ahorros o inversiones vayan a alguno de sus fondos, pero puede ser un gasto pequeño para ti en comparación con los ahorros que consigues por el otro lado.

Considéralo y muévelo. No tienes nada que perder y sí mucho que ganar.

Reduce los gastos

Ahora que sabemos que los gastos fijos son difíciles de cambiar y que al mismo tiempo tenemos una idea de qué otros gastos tenemos, lo que podemos hacer es mirar cómo reducir estos últimos. Aquí van un par de consejos de cosas que se pueden reducir fácilmente:

Deja de fumar

Si eres fumador probablemente has oído que es malo para tu salud, pero no es menos malo también para tu economía. Si fumas un paquete al día, te estas gastando posiblemente cerca de 2.000€, o unos 150€ al mes que podrían ir directamente a tu cuenta de ahorros.

Mejorarían muchas cosas con este pequeño cambio, ¿no?

Comer fuera

Aun siendo consciente de que salir a comer puede ser una buena ocasión para pasar un buen rato, habitualmente no es una decisión muy buena económicamente.

Se puede pasar un rato con los amigos haciendo otras cosas y si la comida es en día de trabajo es más inteligente cocinar más en casa por la noche para ahorrar costes.

¿Otros consejos para ahorrar? Mira nuestra página sobre formas sencillas de hacerlo.

Empieza con los ahorros

Si has dado todos los pasos anteriores y has conseguido reducir tus gastos, es el momento de guardarlo antes de que te relajes y te sientas demasiado cómodo con el dinero extra que acabas de conseguir.

Si sabes cuánto vas a ahorrar cada mes, puedes ponerlo inmediatamente en una cuenta diferente, tu hucha de ahorros.

Automatízalo

Una vez que has empezado a consguir que te sobre dinero cada mes, ¡guárdalo! 

Págate a ti primero.

Asegúrate de que esto no tenga que ser un acto consciente. Pon una transferencia periódica en tu banco, de tu cuenta corriente a tu cuenta de ahorros que se ejecute en cuanto entre tu sueldo.

Si vives con la mentalidad de que ese dinero no existe desde el principio, será mucho más fácil ahorrar.

Cree en ti y establece un sistema

Esto es muy importante: que sea algo rutinario para ti y que estés convencido de que funciona y de que no quieres volver a vivir al límite todos los finales de mes.

Buena suerte con tus ahorros… y recuerda que lo más importante es ¡empezar hoy mismo!